De “La Repubblicaâ€, 12.03.05
Un documento de 534 páginas para enjuiciar a 47 personas: “Hasta la enfermerÃa era una zona francaâ€. Acusados 5 médicos. La agencia ANSA reconstruye la maldita noche del G8, humillaciones, maltratos, sadismo.
GENOVA- El tratamiento inhumano y degradante constituye una infracción del artÃculo 3º del Convenio para la protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales. Asà han considerado los fiscales Patricia Petruziello y Vittorio Ranieri Miniati los insultos, el sadismo, las patadas, los puñetazos y los golpes que sufrieron los arrestados que pasaron por el cuartel de Bolzaneto en julio de 2001 durante el G8.
Según la reconstitución de la agencia ANSA, los fiscales han preferido por prudencia imputar a los acusados (policÃas, médicos, vigilancia penitenciaria, carabineros) la violación del artÃculo 3 del Convenio de los Derechos Humanos, y en lugar de tortura “teniendo en cuenta que la duración del tratamiento quedó restringida a la permanencia de los detenidos en el cuartelâ€.
Un documento de 534 hojas por el que se propone el enjuiciamiento de 47 personas, ha sido presentado hoy al juez de instrucción Maurizio De Matteis durante la audiencia preliminar por los hechos acaecidos en Bolzaneto. Se trata de 15 oficiales y agentes de policÃa (entre los cuales se encuentra el general Oronzo Doria), 11 carabineros y 5 médicos (entre ellos, 3 mujeres).
Los fiscales han evocado “como le fueron cortados mechones de pelo a Taline Ender, a Massimiliano Spingi, y a Sánchez Chicarro, como le rompieron la mano a Giuseppe Azzolina, como le metieron la cabeza en la taza del retrete a Ester Percivati, como humillaron a Marco Bistacchi, obligándole a ponerse a cuatro patas y a ladrar como un perro, asà mismo como pegaron a Mohammed Tabbach, que tiene un pierna artificialâ€. También se recuerda el humillante episodio sufrido por Heinrich Meyer Thorsten que fue obligado a ponerse un sombrerito rojo con la hoz y un pene en vez de martillo, y fue obligado a dar vueltas en la plaza sin poder quitárselo.
La fiscalÃa ha citado un pasaje del libro “Un año de constitución italiana: el Art. 13†de Andrea Camilleri, que, hablando de la tortura en Irak, señala que “lo importante no es la imbécil y sádica satisfacción del torturador, sino ver al torturado, reducido a cosa, a simple objeto, a animal: muñeco para adiestramiento, hombre convertido ahora en perro con correa… ya no es un hombre, tan sólo un pedazo de carne temblorosa ofrecida a las fauces de un perroâ€.
El documento que consta de cinco capÃtulos ilustra primero la historia de la cárcel provisional y el número de personas que pasaron por ella (252), después, las primeras investigaciones, la organización, los hechos, los responsables en los distintos niveles, los ejecutores materiales y finalmente las conclusiones.
LOS RESPONSABLES- En el documento, los responsables de Bolzaneto son en la policÃa estatal, el vice-comisario Alessandro Perugini y la comisaria jefe Anna Poggi (ambos acusados); en la administración penitenciaria el juez coordinador Alfonso Sabella (su acusación ha sido archivada), el general Claudio Ricci, el general Alfonso Mattiello, el ahora coronel Orondo Doria (acusado), los capitanes Pasquale Migliaccio, Ernesto Cimino y Bruno Pelliccia, del disuelto cuerpo de vigilancia penitenciaria, el inspector de la policÃa penitenciaria Antonio Biagio Gugliotta (acusado).
“Ciertamente los mayores responsables –se explica en el documento- no estuvieron materialmente en las celdas de arresto. Pero a los niveles superiores de mando les corresponde la responsabilidad inherente a su posición jerárquica asà como la que emana de su condición de oficiales de la policÃa judicial.â€
AREA SANITARIA- La enfermerÃa del cuartel de Bolzaneto que hubiera debido ser un lugar de asistencia y ayuda a los detenidos, una “zona franca†donde los malos tratos no tuvieran cabida, se convirtió según la acusación en otra etapa más en el itinerario de la humillación.
El documento señala que “la relación de los detenidos con los médicos se produjo en análogas condiciones de dominación fÃsica y moral, sin olvidar que al ingreso en el cuartel los detenidos eran seleccionados por un ‘comité de bienvenida’ y que muchas veces el medico era remplazado por un policÃa.â€
LAS ACUSACIONES- Los delitos que se les imputan son de abuso de la condición de funcionario, lesiones, abuso de autoridad contra detenidos y arrestados, violación del orden penitenciario y del convenio para la protección de derechos humanos y libertades fundamentales.