Génova, 20 de septiembre, 2005
Después de la pausa estiva de los procesos judiciales por el G8 en Génova, se han escuchado dos textos en la primera audiencia del proceso a los 25 manifestantes acusados de devastación y saqueo durante la cumbre.
Las dos primeras horas de la sesión se dedicaron al examen del texto de Sebastiano Pinzone, policÃa secreta de Génova, llamado a identificar a un imputado a través de fotos que le hicieron a este último mientras hacÃa la compra en su ciudad.
El segundo testigo, en cambio, era de Claudio Cappello, actualmente mayor de los carabineros paracaidistas Tuscania, y en el 2001 capitán de la Ccir (compañÃa de contención y intervención rápida) “Eccho†del Batallón Sicilia, la compañÃa de los carabineros que actuó en Plaza Alimonda el 20 de julio de 2001. Capello cargó con toda la responsabilidad de las intervenciones hechas en dicha plaza al vicequestor adjunto Adriano Lauro, funcionario de la PolicÃa CientÃfica responsable de la plaza. En particular, Cappello insiste en mostrarse perplejo en relación a la última intervención en via Caffa, que acabó con el homicidio de Carlo Giuliani en plaza Alimonda.
En las declaraciones de Cappello, experto en orden público pero sobretodo en misiones al extranjero (entre las cuales Israel, Somalia, Bosnia e Irak) se ven implÃcitas duras crÃticas hacia los vértices del Arma, por haber incluido personal inexperto en una situación “caliente†como la de Génova; personal inexperto que comprendÃa militares de leva en servicio des de hacÃa pocos meses, como Raffone o Placanica.
Uno de los aspectos más importantes, que han emergido gracias al contra-examen de la defensa, es la cuestión de los dos furgones que estaban en plaza Alimonda durante la muerte de Carlo Giuliani. Uno de los furgones estaba bajo la responsabilidad del coronel Truglio y el otro bajo la de Cappello, el cual recuerda que los dos vehÃculos estuvieron en la plaza hasta 10 miuntos antes del asesinato de Carlo Giuliani. Cappello ordena a Placanica subir a uno de los furgones porque “estaba afectado por problemas psicomotrices y muy nervioso†y después afirma de haberse desinteresado por el soldado, ya que daba por hecho que los furgones se habrÃan marchado.
Cappello subraya varias veces que los furgones no tenÃan que seguir de ninguna manera el pelotón, porque solo estorbarÃan, y que si se hubiera dado cuenta los habrÃa hecho irse del lugar. Los vehÃculos, en cambio, se quedaron en la plaza y hasta siguieron a los carabineros que iban a pie, con las consecuencias ya conocidas por todos.
Cappello dice que no vió el homicidio de Carlo Giuliani. Se acerca, pero, al cuerpo del chico justo después de los disparos e increÃblemente declara que pensó que Carlo habÃa sido envestido por el furgón, aunque las fotos muestran claramente su presencia al lado del cuerpo mientras un chorro de sangre sale de la cabeza de Carlo.
También declara cándidamente que ni él ni ninguno de los carabineros tocó el cuerpo de Carlo, cuándo otra de las fotografÃas muestra claramente como otro militar toca a Carlo tendido en el suelo.
Finalmente Cappello sostiene no haber tenido nunca las pertinencias de Placanica durante la noche sucesiva al homicidio, a pesar que se le hizo escuchar una comunicación por radio en la que se afirma que es él quien tiene el casco de Placanica.
En definitiva, Cappello se atrinchera detrás de difamaciones y una serie de embarazosos “no me acuerdoâ€, y hasta llega a afirmar no saber que Carlo habÃa sido asesinado de un disparo hasta la una de la noche, y aunque el furgón estaba a su disposición, no sabe donde puede estar después de los dramáticos hechos de plaza Alimonda.
No nos queda más que esperar que el coronel Truglio, que estaba a bordo del otro furgón, recuerde algo más......