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[Diaz] "El pasaje de la patrulla de policÃa fue una provocación"Génova, 24 de noviembre del 2005 Los dos testigos de la audiencia de hoy estaban presentes en la escuela Pascoli en el momento de la irrupción de la policÃa en la noche del 21 de julio del 2001 El primer testigo es R.B., uno de los organizadores del media center, el centro de medios del GSF, situado en el segundo piso del edificio Pascoli. El media center estaba a disposición de todos, periodistas oficiales, medios alternativos y free lance con el finalidad de contribuir al flujo de información sobre las iniciativas del GSF y las manifestaciones. Los tres dÃas de la manifestaciones, R. los pasa practicamente siempre en el media center para asegurar su funcionamiento técnico y logÃstico. Observa el episodio del pasaje de una patrulla de la policÃa nacional italiana (PS). Ha visto sólo un coche de policÃa, " al fondo de la calle, en la cola detrás de una fila de coches parados detrás de un autobus al que estaban subiendo manifestantes". HabÃa mucha gente en la calle, sentada en la acera, en el patio delante de la Pertini, charlando y organizando la partida de Génova: "ParecÃa una provocación, aquel coche, trás la muerte de Carlo Giuliani y todo aquello que habÃa sucedido en esos dos dÃas", cuenta el testigo. Por suerte "los manifestantes advierten el coche tan solo cuando pasa delante de los dos colegios. Vuela una botella de cerveza que se estrella contra el asfalto. Hubo insultos y gritos en dirección del coche de policÃa, pero el coche en aquel momento parte rapidamente y todo se queda ahÃ. La gente habla sobre lo acaecido. Se preguntan si no ha sido un intento de provocación. Más tarde R. observa la llegada de la policÃa desde la plaza Merani: "era un pelotón compacto que descendÃa a paso decisivo con una actitud amenazante" también narrará esto el otro testigo escuchado hoy. R. se preocupa de que ninguno se quede aislado en la calle: observa a un chico cerrar la verja de la Pertini, invita a los otros a entrar en el edificio Pascoli y cierra la verja de este colegio, después la puerta de cristal y junto con otros mete dos bancos delante para "hacer más lenta la entrada". Antes de la llegada de la policÃa consigue hacer entrar por la ventana a un chico que ya han golpeado con las porras. La irrupción en la Pascoli dura poco: las personas presentes en el semisótano reciben unos cuantos porrazos, después les hacen ponerse con la cara a tierra y con las manos detrás de la cabeza en el gimnasio: "Les he preguntado si tenÃan un permiso, pero un policÃa me ha respondido: "¡Esto no es una pelÃcula americana! ahora os vamos a dar una paliza! Un rato después los policÃas se fueron. R. y los otros comprenden que pueden ponerse en pie y se precipitan al exterior a ver que está sucediendo en la otra escuela de la que se oÃan llegar gritos acuciantes. Pero se impide el acceso hasta a los abogados. Crece la rabia de la impotencia mientrás se observa como los primeros heridos son transportados fuera del colegio. Finalmente R.B. narra la devastación que deja atrás los policÃas en las aulas, los ordenadores han sido destruidos particularmente aquellos que pertenecÃan a los abogados y que contenÃan las denuncias interpuestas por los manifestantes contra las fuerzas del ordén por las violencias de los dos últimos dias, videocassettes y otro material ha sido sustraido. El segundo testigo, M.C., es un médico genovés que formó parte del personal sanitario del GSF y pasó tres dÃas en la calle prestando primeros auxilios a gente, vÃctima de las cargas policiales. También él asiste al pasaje de la patrulla de policÃa: "Oà una botella de vidrio romperse, oà gritos, pero los dos coches no se pararon. ParecÃa una provocación. Estaba contento de que no hubiera pasado nada". Pero el episodio suscita perplejidad y temor hasta el punto que se pide que un abogado pase la noche en la Pascoli "porque se pensaba que podrÃa suceder algo más. Yo pensaba por ejemplo en una perquisición. Pero jamás hubiera podido imaginar aquello que sucedió". En el momento de la irrupción en el edificio de la Pascoli estaba junto a los otros en la enfermerÃa. También asiste a la brutal paliza de Mark Covell y su testimonio concuerda con el de la enfermera que testimonió ayer. En un cierto punto un policÃa pide ayuda a un médico en el gimnasio. M.C. se ocupa de dos personas que habÃan sido golpeadas y después, saliendo al primer piso se da cuenta que "han sido liberados". Los documentos personales les habÃan sido devueltos y los policÃas habÃan abandonado la escuela Pascoli. También él instinctivamente observa lo que sucede en la escuela enfrente "donde se continuaban a oir gritos". Pero en el edificio Pertini no habÃa ya nadie, aunque todavÃa no habÃa acabado todo. M. entra en el colegio convencido de poder prestar primeros auxilios a alguno. Ha visto salir chicos en camilla, heridos gravemente y piensa que dentro pueden estar otros. En cambio la escuela está desierta: "HabÃa un fuerte olor a sangre. Obviamente a mi la sangre no me impresiona, pero aquel tapiz de objetos cotidianos (sacos de dormir, cepillos de dientes, ropa interior, cuadernos) todo lleno de sangre me conmoció. Me sentÃa mal, y poco después tuve que salir. De todas maneras, no habÃa nada que hacer". Próxima audiencia: miércoles 30 de noviembre, 2005 con tres testigos presentes en la escuela Pascoli |
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