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[Diaz] "He visto policías subir por las escaleras. Después ya no me acuerdo de nada"

Génova, 26 de enero de 2006.
Sesión 22 de la vista oral del proceso por la escuela Díaz.

Prosiguen los relatos de los jóvenes golpeados en la escuela Díaz la noche del 21 de Julio 2001. Trás el dramático testimonio del periodista inglés Mark Covell en la sesión de ayer, hoy han depuesto cuatro jóvenes alemanes que se encontraban todos en el primer piso de la escuela Díaz en el momento de la irrupción. A A.K. la primera que ha testimoniado esta mañana, los policías del VII núcleo de la I unidad móbil de Roma le arrancaron los dientos a porrazos y patadas en plena cara.

El testimonio de A. es lúcido y preciso por mucho que sea para ella doloroso recordar ciertos sucesos. A. relata también la paliza que sufrió su amiga M.J.: "Cuando estaba aún en pie sufrió varios golpes. Vi como se intentaba alzar y la pegaban de nuevo. La siguiente imagen que recuerdo es que M. está tumbada en el suelo y perdía mucha sangre por la cabeza, y dos o tres policias le daban patadas en el estómago y la cabeza batía contra el armario. Ya no reaccionaba y yo pensaba que hubiera muerto". M.J. en realidad no recuerda casi nada de cuanto le sucedió. Recuerda que al llegar la policía subió al primer piso e como todos los demás, levantó las manos. Poco después vió a los policías subir por las escaleras y luego nada más: "Perdí el conocimiento y ahora sufro una amnesia retroactiva". Se despertó un instante cuando ya estaba en la ambulancia y un día después en el hospital donde fue obligada a permanecer bajo la mirada de los policías mientras las enfermeras la lavaban.

De la paliza de M. y de su condición sucesiva se acordaban también los otros testigos de hoy. Por su actuación, algunos imputados de este proceso están acusados de lesiones graves, pero con los relatos de los testigos hasta ahora se podría configurar un delito más grave, como tentativa de homicidio. También confirman la responsabilidad de los hombres de Canterini otros dos testigos de hoy: J.D. y el jóven U.R. reconocen el "tonfa", la porra con el mango, que era reglamentario sólo para los miembros del VII núcleo. Los dos precisan que esta porra era utilizada al revés como un martillo. Otro elemento que ha emergido de manera clara durante la sesión de hoy es que los policías en uniforme llevaban un cinturón oscuro.

Para resumir, la sesión de hoy ha sido muy significativa para dejar fuera de dudas la responsabilidad de los agresores, no obstante el intento del abogado Romanelli, defensor de Canterini, de convencer a los magistrados que los hechos tuvieron lugar en una situación de semi-oscuridad y que por lo tanto los testigos pueden equivocarse. Pero trás la sesión de hoy, las dudas ya sólo podrá tenerlas él.

Un último detalle inquietante: U.R. recuerda que un policía empuñaba una lanzagranadas apuntandolo amenazadoramente hacia los heridos en el suelo. Extraño instrumento para una perquisición.